Fracaso en el Adoctrinamiento

Temporalmente se situa unos 100 años atrás a la cronología actual de las partidas

El pequeño sabía que era diferente del resto de los habitantes del poblado. Parecía como si lo hubiese sabido siempre, de la misma manera que sabia su nombre o el de su madre. Pero la certeza de aquella diferencia desconcertaba a aquel niño.



-¿Porqué no me dejas que juegue con los otros niños? - preguntaba el chico cada anochecer cuando se le permitía salir de la vivienda para hacer ejercicio a solas bajo la estricta vigilancia de su madre.

- Porque tú eres diferente- le respondía secamente.

- ¿Porqué tengo que aprender a leer esos símbolos? - preguntaba también- los otros niños no tienen que hacerlo.

- Porque eres diferente de los otros niños.- le contestaba ella. Y así hasta el día del accidente...

… Su piel bronceada de tanto trabajar al sol había sido veteada por oscuras venas. Sus negras cejas se habían espesado formando una densa línea que le atravesaba la frente,la suave e infantil redondez de sus mejillas habían dado paso a un rostro anguloso, de pómulos salientes y mandíbulas desencajadas. Sí, desencajadas, y eso debió ocurrirle durante la transformación como necesidad de la propia dentadura pues ya no cabía en su oquedad natural. Los ojos eran más grandes y se les podrían haber considerados hasta hermosos si no fuera por el fulgor rojo que desprendían, síntoma de ira, resentimiento y desconfianza por aquellos en los que posaba su mirada. Ellos, sus vecinos y conocidos de toda la vida, ellos los que lo habían visto crecer junto a su madre, ellos... los que no eran diferentes como él.

- Engañasteis a mis ojos- se dirigió la fiera irguiéndose hacia la muchedumbre presente- Practicaba día tras día, junto a ella, llegué a disfrutar de las lecciones pero como era un niño, nunca me pregunté como había aprendido todo lo que me enseñaba a mgi gr...- el coraje comenzaba a dominarlo y le costaba pronunciar las silabas. Se concentró en una imagen, y prosiguió- Vais a necesitar todas vuestras habilidades pues ya no me pienso contener más.



A la mañana siguiente sólo un cuerpo permanecía con vida, se encontraba de pie resoplando por el cansancio, pero satisfecho en su sed de venganza. Andaba cojeando lévemente entre los cadáveres en dirección al lago donde con ayuda del agua pretendía disipar la sangre y su olor.

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